La forestación hace de filtro acústico al tránsito vehicular - silencio en el claustro.
Adaptación a la topografía de la ladera – mínimo movimiento de tierra.
Aplicación de recursos de acondicionamiento natural para obtener un microclima adecuado durante el día para un enclave de pie de montaña (3000m/snm) mediante vidrieras, claraboyas, quiebrasoles y paredes dobles.
Aprovechamiento de una vertiente natural propia para almacenamiento y consumo y un canal interno con recirculación, para obtener sonido de agua corriendo por el claustro.
8.4 Hectáreas destinadas al peatón (67.7% área total). Una sola vía vehicular, de baja velocidad, que cruza el campus de sur a norte y una vía perimetral de emergencia y servicios (6.600 me de calzada en total).
16.800 m2 de plazoletas, explanadas y pórticos cubiertos para la permanencia y la socialización de alumnas y docentes.
Enfoque espacial preferente en sentido Este (vista sobre la ciudad y la cordillera oriental) y Oeste (presencia cercana del Pichincha).
Visuales desde las explanadas aterrazadas con encuadre proporcionado por las contrucciones laterales.
Acceso, mediante rampas, a todos los niveles peatonales en el ingreso y explanadas exteriores. Dotación de ascensores, en los edificios, para desplazamiento vertical de personas con discapacidad. Disposición volumétrica de los edificios para reinterpretar el ‘’claustro académico´´ sin reminiscencias folklóricas o historicistas.
Uso de materiales vistos en pisos y fachadas, durables y de fácil y mínimo mantenimiento. Dotación de equipos tecnológicos y mobiliario, modernos e indispensables.
Lenguaje arquitectónico contemporáneo provisto de unidad y proporción.
Solución de plantas: Flexible, con luces estructurales generosas, pero compatibles con la economía, para obtener un uso polifuncional que posibilite los cambiantes requerimientos de la pedagogía contemporánea